Experiencia religiosa bajo la lluvia
Viernes seis de la tarde, es hora de cantar "partidaaaaaaa", aunque el cielo oscuro y nublado nos indique lo contrario la señorita Rosmalys y yo decidimos que la noche es perfecta para tomar un tour tipo aventura hacia el sambil. Yo porque lo intuyo o solo porque vi el cielo enrumazonado, decido pasar momentáneamente por mi residencia para cambiarme mis sandalitas por unos zapatos deportivos todo terreno. Partimos hacia nuestro destino, sin ningún incoveniente, hacemos nuestras diligencias importantisimas : gastar rial, y cuando decidimos que es hora de finalizar el tour por esa noche, cual es nuestra mayor sorpresa al encontrarnos a la salida con el diluvio universal y el rio Guaire corriendo ante nuestros ojos.
Oh que maravilla - le comento a mi amiga - Lo que nos faltaba para cerrar la noche con broche de oro -(¬¬), a esta expresión le incluyo la carita en parentesis.
Decidimos atravezar el rio Guaire contra todo pronóstico( con esto me refiero al poco de agua que venia por la libertador bajando) , ambas dos bajo una sola sombrilla (vale destacar que yo no me he dignado a comprame una) , abrazadas tal cual como dos amigas que se aman o son lesbianas (depende desde el ojo con que se vea), y ambas muerta de la risa (ojo aplicando eso de que hay que reir para no llorar).
Cuando llegamos a la otra orilla de tan caudaloso río, el saldo fue: zapatos deportivos (incluyendo medias) y toreritas empapadas hasta los tequeteques, mis jeans mojados hasta la altura de la pantorrilla y los de la Señorita Rosmalys hasta las rodillas (un chanchito de diferencia de estatura nomás), unos cuantos pensamientos en mi cabeza tipo: na guevona de roncha esta verga, menos mal que se me ocurrió cambiarme las sandalitas porque sino andara ofreciendo tiros gratis (en sentido figurado), si vuelvo a escuchar a otro que tiene carro quejandose por las colas arrechisimas que se hacen en Caracas por la lluvia se va a llevar una mentada de madre de aqui a Bora Bora (en sentido literal), etc ,etc, etc
Continuamos en nuestra travesía cuesta arriba con el palo de agua cayendo encima de nosotros, para llegar a la siguiente estación: el flamante metro de Caracas. Bajamos al andén, y para sorpresa de nosotros (no mentira, lo estabamos esperando) habia un coñazo de gente, todos emparamados y oliendo a guaralito de loco. Yo hago mi cola en dirección Palo Verde, y la señorita Rosmalys en dirección Propatria. Su tren llega primero, ingresa como puede en el vagón, bueno realmente lo que yo veo es que la meten a coñazos, solo le puedo desear: "SUERTE VIEJA". Yo sigo en mi cola, 5 minutos de espera se convierte rápidamente en 15 minutos, ya me estoy desesperando, estoy sudando, en eso llega mucho mas gente, y no es que yo discrimine a la gente por su forma de vestir, pero coño si ves como diez coños de madre, vestidos todo de negro, con el maquillaje corrido (si hombres y mujeres) y emparamados hasta las metras, mínimo piensas que son la familia manson Venezolana y que nos vienen a asesinar a todos. Literalmente me cago, - ay nanú ahora si se pajeó -, pero luego mis ánimos apaciguan al ver que rien y hablan como personas normales (pero por si las moscas no les quito el ojo de encima).
A los veinte minutos por finnnnnnnnnnnnnnn!, mi éstado de ánimo cambia radicalmente a "feliz" como si el tren que está llegando tiene como destino la felicidad. Abordo en él, bueno realmente me abordan a juro y porque si, quedo como sardinota en latica (muy chiquita). Me digo a mi misma - aguanta Ivoneta son solo cuatro estaciones -, arranca el tren que claramente y luego de cinco segundos de alucinación no va ningún coño de madre destino llamado felicidad, sino a encontrarme con un palo de agua a la salida de la estación de los Cortijos. Y adivinen que, no tengo sombrilllaaaaaaaaa - Mas finoooooooooo (¬¬) - Para decir lo emparamada y arrecha que llegué a mi residencia haría falta escribir todas las groserias que conozco (pero mejor para que sigan creyendo que soy una ñiña linda no las escribo) , y ni hablar de lo fea para la foto que estaba.
Ya en mi confortable y seca habitación, suena el teléfono, atiendo: Maricaaaaaa (señorita Rosmalys) na guevona de roncha que pasamosssssss, estoy fea pa la fotoooo, de veritas de veritas no se quien carajos dijo que andar bajo la puta lluvia es divertidoooooooooo, no jodaaaaa!!
Necesitamos un carrito popular, estas experiencias religiosas del tercer tipo no pueden seguir pasando
P.S : cualquier acontecimiento escrito en este post que se asemeje a la realidad es pura coincidencia