jueves, 5 de enero de 2012

Lo que necesité ver/sentir para entender



Hace una semana que el 2011 finalizó. Para mi, fue un año de mucho aprendizaje, de metas logradas y otras que quedaron en la lista de "por hacer", de amores fallidos y amores recuperados, un año de unos cuantos kilos y rollos perdidos y otros tanto ganados, pero sobre todo un año que me enseñó que hay que dejar de hablar y hacer más.

Durante todo diciembre no hice ningún ritual pidiendo cosas para este 2012, no le pedí nada al espíritu de la navidad, no le pedí nada al niño Jesús, no me puse las pantaletas amarillas para traer buena suerte, y no me comí las 12 uvas justo a las 12 (me las comí una hora después).

No se que me depara este 2012, porque si bien muchas cosas que suceden en nuestra vida son producto de nuestras acciones, otras tantas suceden de improvisto. Pero lo que si sé es que esas cosas que tengo el poder de controlar, haré todo lo posible para hacerlo.
Y no, no necesité de un fin de año para entenderlo, necesité ver los estados de cuenta de mis tarjetas de crédito hasta el culo para entender que tengo que saber administrarme.
Necesité ver mis horribles uñas para entender que ya basta de tragarmelas cada vez que me pongo a pensar en la inmortalidad del cangrejo chino,.
Necesité ver a mi mamá para entender que ahora es ella quien necesita todo el cuidado y atención que ella me dio cuando era una bebé.
Necesité tropezarme con la misma piedra para entender que la persona que me merece es aquella que teniendo la libertad de hace lo que quiera me elige a mi en todo momento (si bueno esto me lo copié).
Necesité ver a mi alrededor para entender que el caos de país en el que estoy viviendo va más allá de una cuestión política para convertirse en una cuestión social
Necesité sentirme obligada a moverme y perder mi seguridad para darme cuenta que existen cosas mejores esperando allá afuera
Necesité perder una amistad para entender que todas las personas que llegan a tu vida cumplen una misión y luego siguen su camino
Necesité pararme un momento mirar hacia atrás ver todas las cosas buenas que me han sucedido para entender que soy una malagradecida de merda.

Y sí, existen gran cantidad de cosas que todavía me quedan por entender, y que solos los años me irán mostrando en su momento.

Para este 2012, solo una expectativa tengo, lograr hablar menos y hacer mas.











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